Durante un intercambio aquí con periodistas, Cuadrado recalcó que la terminal aérea está en condiciones de ejecutar operaciones comerciales, con todos los protocolos higiénico-sanitarios y el programa de la bioseguridad requeridos.
‘El personal se habilitó para, en esta nueva etapa pos Covid-19, atender la llegada de aeronaves y a los vacacionistas foráneos’, destacó el directivo de la instalación, que este mes de diciembre cumplió un cuarto de siglo de vida.
A una pregunta de Prensa Latina, Cuadrado señaló que el Vilo Acuña es un aeropuerto que en su historia ha garantizado la seguridad y rapidez operacional, ‘a partir de la preparación de un colectivo pequeño pero con mucha profesionalidad’.
‘Hemos sido objeto de reconocimiento por las aerolíneas que han volado a nuestro destino como las canadienses Air Transat y Sunwing, que trasladan a los clientes del principal mercado del cayo, y la propia Cubana de Aviación’, abundó.
‘El aeródromo continúa en mejorar la infraestructura como la nueva torre de control la cual debe concluir su construcción civil en abril de 2021, el mantenimiento del edificio central y la preparación de los trabajadores para enfrentar el alza turística’, precisó.
Cayo Largo está situado en el extremo oriental del archipiélago de la Canarreos, en aguas sureñas de la occidental provincia de Matanzas, pertenece administrativamente al municipio especial Isla de la Juventud, y a unos 180 kilómetros de La Habana.
Tiene una superficie de 37,5 kilómetros cuadrado, y 25 km de longitud, casi en su totalidad de bella playa, con otros privilegios naturales, y dispone de más de mil habitaciones en cuatro instalaciones hoteleras pertenecientes al grupo cubano Gran Caribe.
Esta porción terrestre en el mar cuenta con privilegiado entorno, en particular sus fondos marinos, ideales para la práctica del buceo contemplativo con impresionantes formaciones coralinas a pocas profundidades, así como de otras actividades naúticas recreativas.
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