El intérprete de El secreto de sus ojos (2009) dialogó con Prensa Latina en su última visita a Panamá en 2019 sobre proyectos, personajes y el futuro del cine latinoamericano, entre otros temas, sin imaginar que una pandemia pondría en jaque a la humanidad, en crisis a sectores como la industria cinematográfica y en pausa, sueños, planes de vida y trabajos.
Al conversar con esta agencia sobre sus más recientes obras, calificó de muy especial El amor menos pensado (2018), una comedia romántica muy cercana al corazón porque es la primera película en la que compartió crédito con su hijo Ricardo Mario, también actor, como socio de una pequeña productora cinematográfica fundada por ambos.
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“Nosotros pusimos demasiado ahí, más allá de lo que uno como actor siempre pone. Estamos involucrados desde el principio con la historia hasta la post producción. En ese sentido, se siente más próxima a lo que uno pueda sentirla solamente como actor”, expresó.
Precisó que esta experiencia fue de gran aprendizaje para ambos, pues “al principio sentimos que la historia hablaba de un matrimonio que atravesaba una crisis, y luego descubrimos que también habla de lo que nos ocurre individualmente a cada uno como seres humanos frente a la vida.
“Fue de tal riqueza el camino de entendimiento y de contacto que hemos tenido con esta historia, que yo la siento muy querida, más allá de trabajar con gente que ha sido muy generosa en muchos sentidos. Es una película que ayuda a pensar, reflexionar y a mirarnos por dentro”, denunció.
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Al referirse al cine latinoamericano descartó que sus argumentos no sean atractivos, todo lo contrario, “la prueba más cabal de eso es la cantidad de relatos que son comprados por las grandes productoras norteamericanas para hacer fallidos remake”.
En tal sentido, aseveró que nunca se le ocurriría comprar los derechos de Taxi driver (1976) para hacer una versión latina, ni un Picasso para agregarle unas pinceladas en su casa.
“Esa especie de ímpetu de comprar lo que me gustó para hacerlo a mi manera porque estoy seguro que lo voy hacer mejor, encierra dos cosas: un error y la mala valoración que se tiene de las mal llamadas historias pequeñas”, acotó.
El ganador de varios premios, entre ellos el Goya (2015) como mejor actor en en la comedia dramática Truman, se refirió a los avances tecnológicos y efectos especiales del cine estadounidense; sin embargo, “faltan historias de carne y hueso, de sacrificios, de las cosas que nos hacen reír o producen angustias, es decir, de la vida misma”, afirmó.
Por eso toman historias de nuestros pueblos para contarlas a su manera, apuntó el protagonista de Relatos salvajes (2014), quien reiteró que ama profundamente los relatos que son contados con el corazón, de ahí su grandeza.
“Está muy bien que haya avances en la superproducción, efectos especiales y en la tecnología aplicada a la mejora de la imagen, pero todo en función de que nos cuenten un cuento bien contado. Cuanto más jugoso, humano y profundo sea, más engachado nos tiene”, dijo Darín a Prensa Latina. ( Audio )
Y subrayó: “Justamente esta es en esencia la principal razón de ser de la pequeña productora creada junto a mi hijo y amigos: producir historias que nos gusten, nos conmuevan y nos representen, aunque a veces haya que hacer cosas para sobrevivir”.
Al ser indagado sobre una posible colaboración con el cine panameño manifestó aprobación, aunque insistió en el papel de los testimonios, vengan de donde vengan, pues ellos son lo único que mueven y hacen posible que la vida sea mejor, sobre todo si salen del corazón y nos hacen reflexionar.
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Comentó que hay países que han tenido “la amabilidad” de proteger las producciones nacionales con “una cuota de pantalla”, más allá del rango que posean para introducir un elemento clave en la distribución y visualización de los filmes.
Con esto, precisó, intentan parar “ese tsunami que nos llega de la mano de los mega proyectos publicitarios que nos arrollan e impiden la visibilidad de nuestras historias, las cuales en muchos casos son más valiosas, nutritivas y mejor realizadas que otras procedentes de la mano de los presupuestos faraónicos”
Por eso, cuando “yo veo una historia chiquita contada con el corazón me cuesta mucho trabajo equipararla con otras faustosas”, sentenció Darín, quien elogio el “grandísimo esfuerzo” que hacen festivales de cine como el de Panamá para darle visualización a filmes como estos.
arb/npg
*Corresponsal jefa de Prensa Latina en Panamá