El grupo de 20 profesionales, junto a personal guatemalteco y graduados de la Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana, cubrirá 15 aldeas muy afectadas por las inundaciones que dejaron las depresiones tropicales Eta e Iota a su paso por este país el pasado mes.
En palabras de despedida a los galenos, el coordinador de la Brigada Médica de Cuba (BMC), Ernesto Jiménez, expresó que esta será ‘una tarea en condiciones muy difíciles, de gran entrega y sacrificio, como bien lo demuestran nuestros médicos en cada lugar intrincado de la tierra del Quetzal donde viven y trabajan a diario’.
Por su parte, la embajadora de la Isla aquí, María del Pilar Fernández, recordó la coincidencia histórica de abanderar este contingente un 2 de diciembre, Día del Desembarco del yate Granma, una fecha de gran significación para los cubanos, y en homenaje al Día Internacional de la Medicina Latinoamericana.
Ustedes son dignos representantes de la solidaridad y el humanismo de nuestro pueblo, afirmó Fernández, quien los exhortó a continuar adelante con la bella obra de brindar atención médica a quienes ahora más lo necesitan.
Muchos de los que partieron hoy hacia Izabal, estuvieron en similar misión del 26 al 28 de noviembre en el Quiché, donde ofrecieron asistencia y educación sanitaria a más de mil guatemaltecos en cinco municipios, igual número de aldeas y tres caseríos, todos con cuantiosos daños en infraestructura, pérdidas de cosechas, deslaves y bloqueos de vías. Con anterioridad, brindaron consultas y llevaron insumos a lugares que quedaron incomunicados por las lluvias de Eta en el departamento de San Cristóbal, Alta Verapaz.
Recién cumplidos 22 años de presencia ininterrumpida en Guatemala, la BMC mantiene de forma paralela la atención a los albergues abiertos por el Gobierno y alcaldías en los territorios de Izabal, Nebaj, Uspantán, Petén, Flores, Sayaxché y Cobán, sin descuidar la cobertura de áreas, puestos y centros de salud, así como hospitales bajo su responsabilidad.
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