La conferencia internacional también tiene como objetivo favorecer el desarrollo de estrategias de drogas basadas en la evidencia, los Derechos Humanos, la salud pública y el desarrollo sostenible.
En el evento los panelistas buscan crear redes entre políticos, académicos, sector de la salud y sociedad civil, para contribuir a la construcción de una ciudadanía informada e integrada a la construcción de la paz, incluso a la crisis económica causada por la Covid-19.
Organizado por la Comisión para el Análisis y Fortalecimiento de la Política de Drogas del Senado de la República, participan entre los panelistas locales Gustavo Bolívar, Iván Cepeda y Feliciano Valencia, junto a invitados como Olga Sánchez, de la Secretaría de la Gobernación en México.
El programa a desarrollarse hasta el viernes incluye a Diego Olivera, ex secretario General de la Junta Nacional de Drogas de Uruguay y Kassandra Frederique, directora de la Drug Policy Alliance.
Organizaciones no gubernamentales, Comisión de la Verdad, académicos, miembros de gobiernos de más de una decena de naciones y representantes de las comunidades indígenas y campesinas están igualmente representados.
Colombia clasifica entre los mayores productores de cocaína en el continente y proveedores de drogas hacia mercados de Estados Unidos -primer consumidor- y de Europa, básicamente, pese a los enunciados propósitos del ‘Plan Colombia’, financiado por Washington.
Para el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, la llamada guerra contra las drogas solo ha servido de ‘mampara’ a acciones contrainsurgentes, de escalada a la confrontación interna y represión en las zonas empobrecidas del campo.
Un informe del grupo Acciones por el Cambio (integrado por organizaciones como Dejusticia, Elementa, Sisma Mujer y el Centro de Pensamiento y Acción para la Transición) evidenció que en la última década este país gastó millones de dólares en la lucha contra las drogas, sin resultados satisfactorios.
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