Por medio de su cuenta oficial en Twitter, el titular manifestó sentirse preocupado y decepcionado de que el presupuesto y el plan de Naciones Unidas para el próximo año aún se hayan adoptado en la Asamblea.
La ONU tiene la responsabilidad de abordar los desafíos urgentes que enfrentamos debido a la pandemia de Covid-19 y si los Estados miembros no llegan a un acuerdo, las consecuencias para el trabajo de este organismo serán nefastas, subrayó.
Esta crisis sanitaria es una situación sin precedentes, en la que aún continuamos las discusiones que tradicionalmente finalizan antes de Navidad, detalló Bozkir en un comunicado dirigido a los Estados miembros.
Pero este año el consenso es más urgente que nunca, recalcó, pues son muchos los retos debido al impacto en la salud, en la sociedad y en la economía ocasionado por la pandemia.
Al respecto, llamó a dejar a un lado las diferencias restantes con el fin de lograr un acuerdo y brindar el apoyo necesario para cumplir con las obligaciones.
El mundo espera que las Naciones Unidas, incluida la Asamblea General, muestren liderazgo y tomen acciones al respecto, este órgano –el mayor de Naciones Unidas– tiene la responsabilidad de satisfacer las expectativas globales y apoyar el multilateralismo y la recuperación tras la pandemia, apuntó.
Todo esto de manera que se acelere la implementación de la Agenda 2030 durante este Decenio de Acción, indicó el diplomático turco.
El titular de la Asamblea expuso que se sostuvieron amplias consultas con los Estados miembros, en las cuales se alentó a hacer todo lo posible por superar los desacuerdos o controversias, y luchar por el consenso para llegar a una conclusión.
Si no se logra alcanzar un acuerdo de cara a aprobar el presupuesto, advirtió, las consecuencias para la labor de las Naciones Unidas serán nefastas, las actividades del personal de ONU se reducirán a las mínimas necesarias, se suspenderán los viajes y se afectará la capacidad de celebrar conferencias y eventos.
Además, continuó Bozkir, todas las actividades encomendadas, incluido el apoyo a los procesos políticos en curso, se verán interrumpidas, aumentando el riesgo de inestabilidad a nivel internacional.
También se interrumpirán las operaciones de apoyo financiadas total o parcialmente con cargo al presupuesto ordinario de la ONU.
Considerando este panorama devastador, señaló el presidente de la Asamblea General en su 75 período de sesiones, los Estados Miembros tienen la obligación de apoyar a la ONU en el cumplimiento de los mandatos que ellos mismos han otorgado. ‘Está en juego la credibilidad de las Naciones Unidas.’
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