‘El incumplimiento de las medidas cautelares constituye un pecado (…) alertamos a los fieles sobre la prohibición de provocar autolesiones o perjuicios a la creación, un verdadero musulmán no puede causar daño a sí mismo ni a otros’, insistió la autoridad del islam, citado por Youm7.
Tras un declive de las infecciones durante agosto, septiembre y octubre, Egipto enfrenta un repunte de los contagios desde comienzos de noviembre, al diagnosticar hasta más de 700 contaminados en 24 horas (entre un conteo y otro).
Las mezquitas del país árabe fueron reabiertas en agosto bajo pautas de sanidad, luego de un cierre de meses, que incluyó el período de ramadán, para frenar la diseminación del virus por el territorio de más de 101 millones de habitantes.
Los seguidores de dicha religión deberán acudir a esos templos protegidos con mascarillas, y de preferencia, con alfombras individuales para las oraciones.
‘No hay nada de malo en alguien que reza en su casa en las circunstancias actuales, ya sea que tema por sí mismo o por los demás, o pretenda contribuir a reducir el hacinamiento y lograr el distanciamiento social’, enfatizó el ministro.
El titular de Dotaciones advirtió que podrían cerrarse las casas de culto en las cuales violen los protocolos previstos.
De momento están permitidas las tradicionales oraciones colectivas del viernes, cuando decenas de musulmanes acuden a esos sitios, lo que implica un riesgo dado el panorama epidemiológico presente.
Los expertos detectaron más de 127 mil contaminaciones desde el inicio del brote a mediados de febrero, período en el que alrededor de siete mil pacientes perdieron la vida.
La cartera de Salud prepara condiciones en hospitales de aislamiento y centros dedicados al diagnóstico para encarar una segunda oleada de la pandemia, coincidiendo con la llegada del invierno.
A la par alista la vacunación con un preparado profiláctico chino para el personal que combate la Covid-19, un grupo de ancianos y ciudadanos con padecimientos crónicos.
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