El congresista James P. McGovern, titular del Comité de Reglas de la Cámara y copresidente de la Comisión de Derechos Humanos Tom Lantos, consideró que esa medida es ‘otro movimiento estúpido y contraproducente’ del presidente saliente, Donald Trump.
Sin fundamento designaron a Cuba como Estado patrocinador del terrorismo, señaló en un comunicado.
A menos de una semana de un fallido intento de golpe de Estado a manos de sus propios terroristas nacionales, la imprudente e infundada decisión de Trump no es más que un intento vengativo de dificultar la labor del presidente electo, Joe Biden, subrayó.
La decisión de incluir a Cuba en esa lista negra, indicó McGovern, dañará la credibilidad de Estados Unidos en todo el mundo y perpetuará el legado de Trump de infligir sufrimientos y dificultades innecesarias al pueblo cubano.
La administración del gobernante republicano, recordó, endureció el bloqueo contra la mayor de las Antillas e implementó la política inhumana de impedir que los cubanoamericanos apoyen a sus seres queridos en la isla durante la pandemia de Covid-19.
Una y otra vez, la crueldad es el punto y espero que la administración de Biden corrija este ridículo error y restaure la confianza en el liderazgo estadounidense, apuntó.
Por su parte el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Gregory W. Meeks, dijo sentirse indignado por la designación de Cuba como supuesto país promotor del terrorismo.
Esto sucede menos de una semana después de que Trump incitara a un ataque terrorista interno contra el Capitolio norteamericano, subrayó en un comunicado.
La hipocresía del presidente saliente y el secretario de Estado, Mike Pompeo, ‘es asombrosa pero no sorprendente’, acotó.
Durante cuatro años, la política de la administración Trump hacia Cuba se ha centrado en dañar al pueblo de ese país caribeño: desde reducir drásticamente las remesas en medio de una pandemia hasta limitar la capacidad de los estadounidenses para viajar a la isla, detalló.
Trump, quien como empresario estaba interesado en 2008 registrar su marca comercial en la nación caribeña, ve a la isla como un ‘fútbol político’ y no tiene ninguna consideración por el sufrimiento del pueblo cubano, recalcó Meeks.
A juicio de ese político estadounidense, es esencial que la lista de patrocinadores estatales del terrorismo se utilice con prudencia para mantener su seriedad e integridad.
Por ello, instó a Biden a que agregue la revocación de esa medida en su larga lista de ‘cosas por hacer’ cuando asuma la presidencia de Estados Unidos, el próximo 20 de enero.
La víspera, el Departamento de estado norteamericano incluyó nuevamente a Cuba en la nómina de países que, según Washington, promueven el terrorismo.
Con este tipo de listas negras, el Gobierno estadounidense busca que terceros países corten relaciones comerciales y financieras con esas naciones y se impongan más sanciones.
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