Sin embargo, un estudio de investigadores de la Universidad de East Anglia (UEA) en el Reino Unido, la Universidad de Exeter y el Proyecto Global de Carbono evidenció que poco se hizo para enfrentar los retos que amenazan a la especie humana.
Pese a que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero experimentaron una caída récord en 2020 en medio de la pandemia de la Covid-19 y las medidas de bloqueo redujeron la cantidad de contaminación procedente de las actividades humanas, poco se avanzó, asevera el estudio.
A eso hay que sumar que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumplió su promesa de retirarse del pacto, lo que se hizo efectivo el 4 de noviembre de 2020, y no tuvo en cuenta que su país es uno de los principales emisores de gases que los científicos consideran son los principales causantes del efecto invernadero.
Según el estudio divulgado la víspera, los países desarrollados no presentan medidas suficientemente ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proporcionar a las naciones en desarrollo el financiamiento y la asistencia técnica acordada para mitigación, adaptación y para afrontar las pérdidas y daños.
En el quinto aniversario del Acuerdo de París, los especialistas denunciaron la falta de cumplimiento efectivo de los compromisos climáticos establecidos en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Clima y señalaron particularmente la irresponsabilidad del Norte global.
Esa región está muy lejos de hacer lo que le corresponde en un reparto justo de responsabilidades, no solo en la reducción de emisiones sino también en cuanto a posibilitar una adaptación adecuada, encarar las pérdidas y daños en los países pobres y brindar financiamiento climático real, opinaron los expertos.
El estudio encontró que en 2020 las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo ascendieron a dos mil 400 millones de toneladas, una disminución del siete por ciento desde 2019 y la mayor caída registrada.
Los investigadores señalaron que las restricciones de la pandemia aceleraron la caída de las emisiones de carbono por el uso de carbón en la producción de electricidad y de petróleo en el transporte. Esto fue especialmente evidente en Estados Unidos, que tuvo la mayor disminución de las emisiones de carbono, con un 12 por ciento, seguido de la Unión Europea con el 11.
Esas cifras muestran que el mundo puede enfrentar el problema pero, a pesar de la disminución de las emisiones en 2020, se espera que estas en 2021 dependan de las medidas que tomen los gobiernos para impulsar el crecimiento económico en respuesta a la pandemia.
‘Las medidas gubernamentales para estimular la economía al final de la pandemia de COVID-19 también pueden ayudar a reducir las emisiones y a hacer frente al cambio climático’, señaló en un comunicado Corinne Le Quéré, profesora de la Escuela de Ciencias Ambientales de la UEA.
‘Los incentivos que ayudan a acelerar el despliegue de los coches eléctricos y la energía renovable y apoyan el andar a pie y en bicicleta en las ciudades son especialmente oportunos, dadas las grandes perturbaciones observadas en el sector del transporte este año’, indicó.
Las noticias del estudio llegan incluso cuando en 2020 se registró una cantidad récord de tierras dañadas por incendios forestales en la parte occidental de Estados Unidos, y los expertos señalaron que el cambio climático influyeron en gran medida en la intensidad récord de los incendios.
A eso se suma que este año también fue testigo de la temporada de huracanes del Atlántico más activa de la que se tenga constancia, que dañó a Luisiana y otros estados de la costa del Golfo.
Pero pese a las advertencias de la ciencia, los peligros se mantienen y la posibilidad de nuevos desastres ecológicos y pandemias como la de la Covd-19 penden como espada de Damocles sobre la humanidad.
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