Desde hace algunas semanas las protestas, que habitualmente se realizaban en la emblemática Plaza Baquedano, se trasladaron a las cercanías de la casa de Gobierno a donde los manifestantes intentan llegar y que se encuentra totalmente cercada por altas vallas y resguardada por un numeroso contingente de fuerzas especiales de Carabineros.
La protesta de este viernes, convocada por redes sociales, persigue, al igual que las de días precedentes, exigir la renuncia del presidente Sebastián Piñera, quien en las encuestas más recientes sigue perdiendo respaldo popular y alcanza un nivel de aprobación que fluctúa apenas entre siete y 11 por ciento, según los sondeos.
Asimismo son recurrentes las demandas por la liberación de cientos de personas, la mayoría jóvenes, que fueron detenidas por participar en la revuelta popular que se generó con el llamado estallido social del 18 de octubre de 2019, y algunas de las cuales están desde entonces tras las rejas.
Su libertad es respaldada desde organizaciones sociales, partidos políticos y, más recientemente, un grupo de senadores de oposición presentaron un proyecto de indulto general, que fue rechazado de plano por el gobierno, alegando que esa medida propicia la impunidad porque quienes se encuentran detenidos han cometido delitos.
Sin embargo, los partidarios de esa medida advierten que muchos permanecen encarcelados sin que se le hayan presentado cargos e incluso solo por participar en manifestaciones callejeras.
Este viernes ocurrieron disturbios en puntos de la importante Alameda, a la altura de la sede central de la Universidad de Chile, a solo dos cuadras de La Moneda, en los alrededores del Cerro Santa Lucía, así como en los paseos peatonales Ahumada, Estado y las calles Moneda y Agustinas, entre otras, donde fueron levantadas e incendiadas barricadas.
Durante los enfrentamientos las fuerzas policiales emplearon profusión de gases lacrimógenos y potentes chorros de agua, mientras que manifestantes respondieron lanzando objetos contundentes e incluso fuegos artificiales contra los vehículos policiales.
El transito del transporte público y automóviles fue desviado en la Alameda y otras calles del centro de la urbe, y cerradas varias estaciones del metro y todos los establecimientos comerciales de la zona, mientras que un número indeterminado de personas resultaron detenidas.
La víspera ocurrieron también incidentes muy similares, que se saldaron con decenas de detenidos y el incendio durante la noche de cuatro ómnibus del transporte público en la comuna de Estación Central.
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